100 años. Homenaje a Miguel Hernandez.
(Este post es una reposición. Lo escribí en Febrero del año pasado y lo repongo ahora como homenaje al poeta en el dia que hubiera cumplido 100 años).
No he sido lectora asidua de poesías….. La prosa en novelas, biografías, cuentos o narraciones han sido mis lecturas preferidas.
Pero hay unas cuantas poesías que me han llegado al corazón, y así como alguna la he leído y luego la he olvidado, esos poemas me los sé de memoria y no los olvidaré nunca, estoy segura de ello.
A uno de ellos voy a referirme hoy. Es del poeta oriolano Miguel Hernandez, de la Generación del 27, y del que os voy a hablar un poco. Quiero aclarar que mis fuentes están en Internet, sobre todo en las páginas de “nidodepoesia” de Manuel Carrera y en “Orihuela Digital” de Ramon Fernandez.
Nacido en el seno de una familia humilde, Miguel Hernandez de niño, fue pastor de cabras y sólo pudo cursar estudios muy elementales por lo que su formación fue autodidacta. Participó en las tertulias literarias locales con su amigo Ramón Sijé del que se hizo muy amigo por la afinidad que existía entre ellos.
Con veinticuatro años viajó a Madrid donde conoció al poeta chileno Pablo Neruda con el que fundó la revista “Caballo verde para la Poesía”. Entró en el círculo de “la poesia sin pureza” de Neruda quién consideraba la amistad con Ramón Sijé, su amigo del alma, un lastre en su proyección poética. De ahí vino la separación idelógica de ambos.
La prematura muerte de Sijé, a los 22 años, impidió la posible reconciliación futura entre ambos amigos, y de aquí surge y siento mas tu muerte que mi vida , ya que el poeta no pudo reparar su deuda con Sijé por cuanto le debía y había ayudado en sus primeros tiempos poéticos.
Miguel se hallaba en Madrid cuando se enteró del luctuoso hecho acaecido el 24 de Diciembre, pasados dos dias, por Vicente Aleixandre, y seguidamente escribió esta famosa elegía en tan sólo quince dias, una de las mas conmovedoras de la lengua española.
ELEGIA A RAMÓN SIJÉ
(En Orihuela, su pueblo y el mío,
se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé,
con quien tanto quería)
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado
que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión mas grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
No perdono a la tierra y a la nada.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofe y hambrienta
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte
a parte a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.
Volverás a mi huerto y a mi higuera
por los altos andamios de mis flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
Esta Elegía está considerada como un poema de remordimiento y de reconciliación espiritual donde Miguel Hernandez, como bien apuntó José Muñoz Garrigós “reconoce su deuda imposible de pagar”.
Podíamos dividir la Elegía en tres momentos: Encuentro con la muerte, Rebelión, Sublimación.
Sobre bellos tercetos encadenados, como olas de un mar de tristeza, se desliza y deshace el corazón del poeta. Inicia su lamento imaginando el cadaver reciente del amigo. Es el encuentro con la muerte como macizo, insobornable dato de realidad. Ofrece litúrgicamente su corazón a la tierra. Sanchez Vidal, en su inteligente estudio de la Elegia, destaca el momento literario, afectivo, ideológico de Miguel, despedazado entre Neruda (cuerpo/corazón) y Sijé (espíritu/pensamiento). En estos versos se entrecruzan las dos devociones. Es un poema amplio, intenso, corazonado, sensorial. Y, al tiempo: bien medido y rimado, contenido.Existe sabia tensión entre la iconografía sangrienta y dionisíaca de la amapola y la apolínea del almendro, blanco, espiritual.
En los primeros versos predomina la agricultura de la muerte (Chevallier), que ya ensayó en otros poemas como “Vecino de la muerte” publicado en la revista de Neruda. Siembra el corazón del amigo, en versos surrealistas, como abono fecundo.
Miguel sufre, cristo agonizante (Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler me duele hasta el aliento”). Un empujón brutal te ha derribado….Temprano estás rodando sobre el suelo”…: Me viene a la memoria el terrible spot contra el Sida, en el que la muerte juega a los bolos con gentes de todas las edades salvajemente derribadas. La metáfora de los rastrojos se le asemeja: la muerte ha segado espigas (vidas humanas), y Miguel camina sobre rastrojos de difuntos… Las estrofas “un manotazo duro…. y temprano…. “ reiteran, con obsesiva, enfebrecida circularidad, una triple letanía de agravios.
Por la boca resuenan fragores de batalla, al pronunciar: piedras, rayos y hachas estridentes. Las vocales fuertes a e o apoyan el chasquido, la vibración, el silbido de las ch r s….o las explosiones de la p y de la t.
“Quiero escarbar”….. Couffon, a propósito de la amistad Miguel/Ramón, refiere el testimonio de su hermano Vicente ” Se consideraban como hermanos. Miguel y Sijé se habían jurado, inclusive, que si uno de ellos llegaba a morir, el otro debería cavar la tumba del amigo desaparecido. Sijé murió muy joven, a los veintidos años… Al saberlo Miguel….vino a Orihuela con la intención de cumplir su promesa. Cuando llegó, Sijé ya había sido enterrado. Miguel furioso, pretendió exhumar a su amigo y cavarle una nueva sepultura. Nos costó muchísimo disuadirlo de cumplir su proyecto….”
Los dientes simbolizan la agresividad en la bestia y en el hombre. Miguel desciende a los infiernos de su dolor, y desentierra simbólicamente a su amigo. Le besa la frente, blanco nido de utopías. “Quiero…..”: la voluntad es grande, pero la muerte gana siempre. …”“Desamordazarte”: devolverte la palabra, y recuperar la amistad de otros tiempos.
Se anticipa un mágico futuro: aquel cuerpo recién caido, aquel corazón ofrecido como estiércol, ya es pájaro/angel/abeja en las flores, por las rejas de los enamorados, se abre hacia los blancos almendros.
Antes de enterrarle para siempre, velará Miguel el cuerpo/flor de almendro de su amigo, no por cinco horas: las precisas para aclararle su amistad con Neruda, el vertiginoso descubrimiento del amor y la sangre, de las cosas pequeñas y de los hombres grandes, azules caracolas al borde del océano…..Y que “uno de los lados mas escogidos de mi corazón se ha quedado como un rincón vacío….”
Si quieres saber mas sobre éste poeta y otros entra en “http://www.nidodepoesía.com.”
Si quieres oir “La Elegía” cantada por Juan Manuel Serrat aqui la tienes.